Parece ser que el Aguililla Rojinegra ha sido una especie que me ha brindado varias historias para contar y el día de hoy les quiero compartir otro evento que tuve la fortuna de presenciar ya hace algunos años, nuevamente todo pasó en Villa Coapa, justo afuera de mi casa.
La anécdota tuvo lugar en noviembre del 2017, recuerdo que era un domingo muy temprano, y me encontraba plácidamente dormido en mi habitación; cuando de pronto, me desperté repentinamente al escuchar el aleteo desesperado de mis loros (como nota aclaratoria, los adquirí legalmente hace 17 años y los mantengo en óptimas condiciones) así que me levanté rápidamente para ver qué sucedía; y, entre tropezones y resbalones llegué hasta ellos, estaban muy agitados tratando de ocultarse, así que los llevé de nuevo a su percha y comencé a hablarles suavemente para tranquilizarlos, lo cual funcionó. Para asegurarme que todo estuviera bien, decidí quedarme un poco y tratar de investigar qué les había causado tanto impacto; al haber calma y silencio dentro de la casa, me percaté que afuera estaban vocalizando muchos Jilgueritos Dominicos (Spinus psaltria) con un tono de alarma, así que me asomé por la ventana y fue una gran sorpresa descubrir que en el techo de la entrada de los vecinos de enfrente, estaba perchado un individuo juvenil de Aguililla Rojinegra, entonces decidí ir de prisa por mi cámara para tratar de documentar el evento cuando justamente al tratar de fotografiarla, apareció un gato corriendo por el andador y… ¡el aguililla trató de cazarla! como era de esperarse no logró su cometido, y se perchó en el techo de la casa de otro vecino más adelante y fue precisamente cuando aproveché el momento para tomar la fotografía que aquí les comparto; momentos después, el aguililla voló, probablemente resignada de su derrota, perdiéndose de mi vista.
Fue un momento bastante excitante e interesante, seguramente la inexperiencia de la joven aguililla lo llevó a tratar de cazar una presa bastante problemática, tal vez lo sucedido lo haga pensar en elegir otros objetivos menos complicados. En ocasiones, no hace falta ni siquiera salir de casa para poder presenciar eventos naturales emocionantes como éste, aún en esta enorme urbe donde pareciera que no hay mucha vida entre tanto concreto.